En la España contemporánea, conseguir una cita previa se ha vuelto una tarea titánica que evoca los tiempos del «vuelva usted mañana» de Mariano José de Larra. El colapso en los servicios administrativos, especialmente en la Seguridad Social, ha creado un mercado clandestino donde la desesperación de los ciudadanos se convierte en moneda de cambio.
Un Vistazo al Caos Administrativo
El proceso para obtener una cita previa se ha convertido en una odisea. Los teléfonos están saturados y la página web de la Seguridad Social carece de disponibilidad. Incluso acudir en persona a las oficinas de atención al ciudadano no garantiza un servicio rápido, pues se atiende exclusivamente con cita previa, sumado a largas colas de espera.
La situación se agrava con la deslocalización de expedientes y una plantilla mermada, lo que prolonga los trámites. Los plazos para recibir una pensión o prestación pueden extenderse hasta tres meses, una demora inaceptable en una sociedad que exige respuestas ágiles.
El Surgimiento de un Mercado Negro
Ante este panorama desolador, algunos ciudadanos desesperados recurren a alternativas poco convencionales: pagar por una cita previa. Particulares, gestorías e incluso locutorios aprovechan la situación ofreciendo sus servicios a cambio de una tarifa, que puede oscilar entre los 10 y los 20 euros.
La plataforma Milanuncios se ha convertido en el epicentro de este mercado clandestino, donde los anuncios breves y directos prometen soluciones rápidas a cambio de dinero. Lo que comenzó como una oferta para la Seguridad Social se ha extendido a otros organismos, ampliando así el alcance del negocio ilícito.
Detrás del Telón: Cómo Opera el Mercado Negro
ABC se adentró en este oscuro mundo para desentrañar su funcionamiento. Desde particulares hasta gestorías, todos tienen un modus operandi similar: monitorean la web de citas, bloquean las fechas disponibles y las venden al mejor postor. Algunos intermediarios incluso se especializan por regiones, ofreciendo sus servicios solo en determinadas comunidades autónomas.
El pago se realiza mayormente a través de Bizum, un sistema rápido y discreto que dificulta el rastreo. Y aunque la demanda es alta, la oferta también tiene sus obstáculos. Algunos intermediarios admiten que las citas son difíciles de conseguir debido al colapso del sistema, lo que aumenta la incertidumbre entre los clientes.
El Submundo de las Citas: De la Lucratividad a la Criminalidad
Pero donde hay demanda, también hay quienes buscan sacar provecho de manera ilícita. Recientes informes apuntan a la existencia de hackers que acceden ilegalmente a los sistemas de la Seguridad Social para acaparar citas y revenderlas. La Policía Nacional está investigando estos casos, que podrían revelar una trama mucho más oscura de lo que parece.
La Crisis de Confianza en la Administración
Las quejas ciudadanas se multiplican a medida que la situación empeora. Durante la pandemia, se triplicaron las protestas, reflejando un descontento generalizado con la administración. Aunque desde el gobierno se niegue el colapso, las largas colas en las oficinas son prueba suficiente del caos que se vive a diario.
Una Llamada a la Reforma
En última instancia, la lucha contra este mercado negro de citas va más allá de las medidas punitivas. Es un llamado a reformar un sistema obsoleto y a brindar una atención eficaz y eficiente a los ciudadanos. Porque en un país donde conseguir una cita previa se ha convertido en un privilegio, es hora de poner fin a este lucrativo submundo de la burocracia y devolver la confianza a la ciudadanía.